lunes, 15 de agosto de 2011

¿Todavía lees eso?

Hace un par de días entré a uno de mis viejos correos. De esos que uno ya no usa porque se lo han llenado de reenviados y de propaganda. De esos que todavía tiene mi nombre original y que mis amigas de esta época no conocen. De esos con los que inicié como navegante en la web y el maravilloso mundo de la novela romántica online.
Para mi sorpresa se hallaba conectada una amiga de antaño. Una con quien compartí horas y horas sobre novela romántica en aquellos grupos de MSN Groups eran el furor para compartir, conocer y debatir sobre novela romántica.  
Con enorme alegría la llamé y la saludé. Le pregunté si me recordaba y me dijo que sí. De hecho, me preguntó por mis cosas personales e hice lo mismo con ella. ¿Cómo no saludar a una vieja amiga de foro romántico?
Hablando y hablando de cosas salió el tema de la novela romántica, y quedé fría cuando mi amiga querida me hizo una pregunta “¿Todavía lees eso?”
―Sí, todavía leo novela romántica ―le dije un tanto asombrada.
―Jajaja, no puedo creerlo. Yo ya superé esa etapa.
No supe qué contestar.
¿Superar?
¿Etapa?
Aun hoy no sabría qué decirle. ¿Una afición es algo que deba ser superado? ¿Una afición se pasa en una etapa?
Y me pareció increíble que fuera la misma amiga con la que compartí muchas horas de lecturas y comentarios: sobre las novelas de Johanna Lindsey o Lisa Kleypas. Sobre las sagas de Shirlee Busbee o de Julia Quinn. Sobre las heroínas particulares de Amanda Quick y sobre los machotes de Linda Howard. Me puse a pensar en mis amigas de aquella época y a preguntarme quiénes seguimos siendo fieles al género, quiénes hemos mantenido esta bella afición que en muchos casos se ha convertido en algo más que en un pasatiempo o en una diversión. ¿Para cuántas de las que pasábamos horas y horas allí chateando sobre nuestros protagonistas preferidos esto pasó a ser una “etapa superada”?
Para mí no. Para mí la novela romántica se convirtió en algo que de una u otra manera marcó mi vida. Las horas pasadas leyendo un libro tras otro (cuando podía hacerlo) fueron las más deleitables,  las mejores, las más dichosas. La novela romántica me lleva a conocer mundos que no existen aquí, situaciones tan irreales y hermosas que me parecen más divertidas que la realidad que me rodea. La novela romántica me relaja, me saca de mi cotidianidad para embelesarme con sus tramas. ¿Cómo puedo verlo como una “etapa que debo superar”?
Pienso que cuando uno tiene una verdadera afición es algo que atraviesa nuestra vida y se hace algo importante en ella y no lo dejas por más que tu vida dé cambios. No digo que se tenga que convertir en el centro de la existencia, pero sí en algo que merece un lugar especial en nuestras actividades de tiempo libre. Pero por sobre todo en algo que respetas y valoras.
¿Qué pensaría mi amiga si le hubiera dicho que no sólo “leo eso” sino que “escribo eso”?
Seguramente le hubiera dado un infarto.
Pero sí, “todavía leo eso”, y si no “escribo eso” ahora es porque no tengo tiempo, porque lo que más desearía sería dedicar mi vida a un arte que al principio era hobby y después pasó a ser parte de mi misma esencia.


2 comentarios:

  1. Jajaja ay Mary, me rei con tu experiencia, sería como preguntarle a ella ¿y todavía crees en los hombres? seguro te pela los ojotes puesto que la mayoría de las mujeres insisten en creer en ellos aunque les hayan hecho las trastadas, bueno es mi comparación pero a diferencia que una novela romántica se disfruta mejor jejeje, yo leo y escribo porque como dices es una esencia que forma parte de una escritora algo que algunas personas jamás comprenderán.
    Buen post.
    Abrazos!!!
    P.D tienes tantas fotos tan bonitas que me las pienso robar todas, toditas jijiji.

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    Respuestas
    1. Itxa,
      Jejeje, sí, es tal cual dices... así es la vida.
      Sí, toma todas las imágenes que quieras, son tuyas.
      Abrazos.

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